Ahora que nos contamos

Vivimos un momento único para el cuento. La blogosfera nos acerca y cada vez somos más los que participamos en esta vorágine de lecturas. Nos leemos y comentamos. Aquí encontrarás textos para la reflexión y mentiras, muchas mentiras adornadas de realidad...

También he querido hacer mi pequeño homenaje a esos autores a los que tanto debemos, su influencia pesa sobre nosotros y nos hace crecer.

Puedes participar con tus comentarios si lo deseas porque, ahora que nos contamos tantos cuentos..., es el momento.

Espero que el resultado valga la pena y que te sientas a gusto entre estas páginas.

20/9/11

El habitáculo dorado

—¿Te apetece una sesión de sexo? —Dijo Sara a Simón mirándole fijamente, casi sin expresividad
—Simón sin desviar la vista de la pantalla   en la que trabajaba le contestó: —En cinco minutos estoy allí, ve preparándolo tú.
Sara se dirigió a la cueva dorada que había en medio de su enorme habitación y se sentó cómodamente en su interior. No quiso comenzar sola, era más insípido, por lo que esperó la llegada de Simón para poner en funcionamiento el revolucionario sistema, lo último en sexo.  ¡Cómo les hubiera gustado un aparatito de estos a sus tatarabuelos! —Pensó mientras se estiraba y acomodaba lentamente. Debía de ser tan asqueroso eso de tener contacto físico. Por suerte los tiempos cambiaban y ahora las enfermedades venéreas eran inconcebibles.
Simón entró despacio en la cueva y se sentó enfrente de Sara, en unos segundos ambos se iluminaron al tiempo que transmitían toda su fuerza al otro. A los veinte minutos la luz se apagó.
 —Qué paz. —Musitó Sara
—Nada como una buena sesión de sexo para descargar tensiones. —Agregó Simón al tiempo que salía del interior de la cueva.

2 comentarios:

  1. Infelices...
    Me ha recordado al orgasmatrón de Woody Allen. Donde esté un buen...

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  2. Qué buena eres Frida, me has hecho reír. Efectivamente, la idea era esa. Pobre infelices...
    Besos.

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